En el 2009 un jurado de Los Ángeles declaró al “legendario” productor musical Phil Spector culpable de homicidio en segundo grado. Ahora se enfrenta a una condena de dieciocho años de cárcel por haber matado -o ayudado a ello- a la camarera, prostituta y actriz ocasional Lana Clarkson, que apareció de madrugada en casa de Spector, con el bolso al hombro y dos balas en el cuerpo.
La noticia ha agitado las aguas calientes de la subcultura pop.
Nacido en el Bronx en 1940, Spector es una americanización del apellido Spektor que era en realidad el de su padre, un inmigrante ruso que se suicidó cuando el hijo tenía 9 años. Entonces emigró con su madre a Los Ángeles, aprendió a tocar la guitarra, desarrolló aspiraciones musicales y formó un grupo, The Teddy Bears, de fulminante éxito efímero. Tras su disolución Spector fue dejando el escenario para concentrarse en su carrera de compositor y, sobre todo, productor. Este resultó ser su punto fuerte, lo que le llevó a participar en grabaciones con los Beatles, Ike y Tina Turner, Ramones y hasta Leonard Cohen, con quien acabó fatal. Cohen aún afirma que Spector le amenazó físicamente con una ballesta. Otros hablan de pistolas blandidas en pleno estudio de grabación y de una extraordinaria capacidad para el insulto.
Spector alcanzó magnitudes legendarias en los años sesenta, cuando revolucionó las grabaciones en mono con un tratamiento orquestal de los instrumentos, doblados y triplicados y luego pasados por una cámara de eco, muy apreciada por el gusto de la época. Se llamaba “el muro de sonido”. Spector, nada modesto, consideró que aportaba “una aproximación wagneriana a la música pop”.
Nacido en el Bronx en 1940, Spector es una americanización del apellido Spektor que era en realidad el de su padre, un inmigrante ruso que se suicidó cuando el hijo tenía 9 años. Entonces emigró con su madre a Los Ángeles, aprendió a tocar la guitarra, desarrolló aspiraciones musicales y formó un grupo, The Teddy Bears, de fulminante éxito efímero. Tras su disolución Spector fue dejando el escenario para concentrarse en su carrera de compositor y, sobre todo, productor. Este resultó ser su punto fuerte, lo que le llevó a participar en grabaciones con los Beatles, Ike y Tina Turner, Ramones y hasta Leonard Cohen, con quien acabó fatal. Cohen aún afirma que Spector le amenazó físicamente con una ballesta. Otros hablan de pistolas blandidas en pleno estudio de grabación y de una extraordinaria capacidad para el insulto.
Spector alcanzó magnitudes legendarias en los años sesenta, cuando revolucionó las grabaciones en mono con un tratamiento orquestal de los instrumentos, doblados y triplicados y luego pasados por una cámara de eco, muy apreciada por el gusto de la época. Se llamaba “el muro de sonido”. Spector, nada modesto, consideró que aportaba “una aproximación wagneriana a la música pop”.
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